Se acabó el colegio y ya llegaron las vacaciones, con su
habitual ambivalencia.
Foto: Rick Ross |
Qué ganas de terminar el cole, de que descansen los niños,
y nosotros también. De no revisar más agendas, mochilas, deberes...
Ahora tienen más tiempo libre, nada fácil de gestionar.
"Me aburro", ¿qué hago?, peleas entre hermanos, muchas horas con los
videojuegos, la tele, el ordenador, se nos agotan las ideas y las fuerzas y a
veces pensamos "qué bien estaban en el cole".
Y si después de esto os decimos que el aburrimiento es
bueno para los niños, puede que os gustase tenernos delante y decirnos lo que
realmente pensáis al respecto.
Pero concedednos unas líneas más y veréis porqué es tan
importante para el niño aburrirse y saber gestionar el tiempo no estructurado.
Cuando oímos el consabido "Me aburro", se nos
disparan las alarmas, nos entra el complejo de "superpadres" y
queremos solucionar el problema del aburrimiento de nuestros hijos de manera
inmediata. Empezamos a pensar qué podrían hacer y soltamos un torrente de
actividades y cosas con las que podrían entretenerse. Esto, lejos de ayudarles,
resulta contraproducente y no les hace aprender a gestionar el tiempo no
estructurado. Luego vendrán posibles problemas con su autonomía, falta de
planificación, caos en la forma de organizarse...
El tiempo no estructurado es beneficioso porque:
ü da a los niños la oportunidad de explorar su mundo interno
y externo (qué siente, qué le llama la atención, atracciones, rechazos).
ü aprenden a comprometerse con ellos mismos y con el
entorno,
ü es el comienzo de la creatividad, aprenden a imaginar,
inventar y crear.
ü gracias al espacio que brinda el tiempo no ocupado con
otras actividades estructuradas, aprenderán a responder a las señales que
vienen de su interior, y a hacer lo que realmente les interesa (mirar cómo las
hormigas transportan materiales, hacer diques de arena, etc), lo que les llevará a descubrir sus pasiones.
ü deciden cómo usar el tiempo libre.
ü juegan y con ello resuelven emociones y experiencias que
han tenido durante el día.
Foto: Veins |
No veamos en sus actividades un desastre que limpiar, sino
una buena forma de luchar contra el aburrimiento.
Lamentablemente, todos los elementos tecnológicos al
alcance de los niños hoy en día están diseñados para facilitar gratificaciones
a muy corto plazo. Esto no ayuda a buscar otras cosas que hacer, no les resulta
nada seductor y optan por lo más fácil y lo que más placer les produce de
manera inmediata.
En la mayoría de los casos, esta queja suele encubrir una
necesidad de estar con los padres durante un rato, un momento que les
reconforte y con el que puedan recargar las pilas. Normalmente, si el niño
cuenta con un buen apego, a los pocos minutos suele haber encontrado actividades
que hacer sin necesidad de nuestra intervención.
Importante que tengáis en cuenta que son ellos los que
tienen que tomar la responsabilidad de qué es lo que quieren hacer y no esperar
a que se lo demos masticado. Al principio, resultará complicado y necesitarán de
algún empujoncillo. Según vayan haciéndolo más a menudo, veréis como cada vez
tardan menos tiempo en encontrar cosas que hacer por sí mismos.
No obstante, os pasamos algunos trucos para cuando ya no
sepáis como acallar su queja de aburrimiento y les cueste encontrar actividades
por sí mismos.
ü Podéis decirles que parte de su trabajo es imaginarse cómo
disfrutar de su tiempo, y que, para ellos, os encantaría ayudarles con una
lluvia de ideas sobre posibles actividades.
ü Coged post-its, escribid una idea en cada uno e ir
pegándolos en la pared. Una vez agotadas todas las ideas, que elijan aquellas
actividades que le gustaría hacer cuando sienten que se aburren.
ü Sugiere el crear juntos una "caja contra el
aburrimiento", que se irá llenando de ideas escritas en trozos de papel.
De esta forma, cuando sienta que se aburre, podrá coger tres papelitos de la
caja y elegir una de las actividades.
Foto: Bodas.net |
Aquí tenéis algunos ejemplos de ideas que podrían estar en
su Caja contra el Aburrimiento:
Ø Escribir una carta a ... (abuela, amigo, mascota,
profe...)
Ø Poner algo de música y bailar
Ø Escribir en un papel diez cosas que te gustan de cada
miembro de tu familia
Ø Buscar formas en las nubes
Ø Ver cuántas veces puedes acertar en la canasta de
baloncesto, o en la papelera.
Ø Hacer un dibujo
Ø Lavar el coche
Ø Planificar una caza del tesoro con pistas
Ø Montar en bici
Ø Hacer un paisaje en una caja de cartón
Ø Empezar un diario
Foto: Sally Cummings |
Ø Hacer papel de regalo casero
Ø Organizar tu habitación
Ø Escribir un cuento
Ø Crear una obra de teatro con disfraces
Ø Recortar fotos de revistas y hacer un collage
Ø Sorprender a la familia haciendo algo de comida
Ø Hacer un zoo con los peluches
Ø Hacer y decorar un calendario, marcando las fechas
importantes
Ø Poner zumos y frutas cortaditas en moldes de hacer hielo y
hacer cubitos de frutas
Ø Crear un periódico familiar
Ø Hacer un postre
Ø Correr dando vueltas al jardín tres veces
Ø Cepillar al perro, darle un baño, limpiar el hámster.
Ø Comenzar una colección (hojas, piedras, botones…)
Ø Colgar una cuerda de tender la ropa en tu habitación y
enganchar fotos de ella con clips para hacer un álbum
Ø Inventar una actuación de circo
Ø Hacer que tu habitación sea una selva, una tienda, un
circo...
Ø Hacer un recorrido de obstáculos
Ø Hacer un mantel de juegos -parchís, oca, tres en raya-(solo
hay que plastificarlo en alguna copistería de la zona)
Ø Escribir un poema
Ø Decorar alguna camiseta vieja con botones chulos
Ø Empezar un club (de niños)
Ø Usar tubos viejos de cartón y cajas para hacer un
laberinto fantástico
Ø Hacer arte aprovechando bisuterías o joyas antiguas
Ø Leer un libro
Ø Hacer una pelea de globos de agua (¡en el exterior!)
Ø Memorizar un poema y recitárselo a tus padres
Ø Hacer un barquito con una botella de plástico y palitos de
helados (usar cinta adhesiva para pegar) y hacerlos flotar en el agua.
Ø Dibujar una isla desierta y todas las cosas que te
llevarías
Ø Tapar los ojos a tu hermano o hermana y llevarle a dar una
vuelta por la casa, el jardín, el parque, la urba, y luego intercambiaros
Ø Jugar a algún juego de mesa
Ø Crear tu propio juego de mesa
Ø Intentar pintar un dibujo con el pié
Ø Pintar en la acera con tiza
Ø Jugar al truque
Ø Jugar a saltar a la cuerda
Ø Jugar con pompas en el lavabo
Ø Pintar macetas viejas
Ø Limpiar el espejo con una esponja
Ø Hacer un libro de chistes
Ø Construir un fuerte con sábanas y almohadas
Ø Hacer muñecos con calcetines viejos y botones
Ø Hacer una lista de cosas divertidas que harías con un
adulto.
Ø Hacer un collar con pasta.
Ø Aprender a hacer punto.
Ø Pintar piedras y regalarlas como pisapapeles.
Foto: Imagi.com |
Lo ideal es que los mismos niños participen en hacer su
caja, -o si pueden que lo hagan solos- y que propongan ellos las actividades
que quisieran hacer. Las actividades de la lista son solo sugerencias. Cuanto
más participe el niño en hacer su caja y se involucre en la actividad, se
sentirá más responsable de su propio aburrimiento, y por ende de sí mismo...
Dependiendo de la edad del niño podemos ayudarle más o menos, y la actividad
puede ser tan libre y creativa como el niño quiera o pueda.
Hacer su propia caja puede ser muy gratificante y fomenta
su creatividad: escoger los colores de los papelitos, elegir las actividades, buscar
la caja, decorarla, pintarla, forrarla o ponerle stickers, decorar los papelitos,
pintarlos con florecitas o caritas, o casitas, ..todo eso es creatividad e
imaginación, es una actividad que los niños pueden hacer solos o con un poco de
supervisión, y nosotros les podemos ayudar dependiendo de su edad y autonomía.
Esperamos que estas líneas os sirvan para pasar un verano
nada aburrido.
Fuentes:
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Facebook Educación Montessori
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Por qué el aburrimiento es bueno para
tu hijo - http://www.crianzanatural.com/art/art180.html.
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Crianza Natural
¡Felices vacaciones!
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www.kreadis.com
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