miércoles, 3 de junio de 2015

Design thinking como herramienta para enseñar empatía en el aula

En una época de creación e innovación como la actual, comenzamos a escuchar cada vez con mayor frecuencia el concepto de design thinking, que podría traducirse como pensamiento de diseño. Este es un concepto que se centra en aplicar la creatividad y la innovación a nuestras acciones, al proceso de toma de decisiones y resolución de problemas en nuestra vida cotidiana.
Esta metodología proviene de la forma en la que trabajan los diseñadores de productos o servicios y ha conseguido extenderse a otros contextos dada su amplia aplicabilidad. Conceptualmente, el design thinking puede ser utilizado pedagógicamente para potenciar las prácticas educativas. Como herramienta, puede ser usado para promover y enseñar empatía en el aula.


Imagen de Design Thinking en Español


¿Cómo funciona?
Los principios fundamentales del design thinking son: empatizar/entender, definir, idear, crear un prototipo y ensayar/testear. Trabajar en el contexto educativo siguiendo la metodología que propone el design thinking ha mostrado ser una poderosa herramienta para enseñar a los estudiantes acerca de la empatía, dado que les muestra cómo resolver los problemas de otros proporcionando soluciones creativas e innovadoras relacionadas con sus necesidades.
¿Cómo podemos utilizarlo para fomentar y enseñar la empatía en los estudiantes?
Para practicar esta metodología con los estudiantes, es necesario identificar un problema que necesitará de una solución en su propio contexto. En clases se puede escoger trabajar con un problema y pedir a los estudiantes que aporten soluciones individuales, o bien los estudiantes pueden escoger sus propios problemas y trabajar de cara a identificar soluciones siguiendo los pasos que a continuación comentamos.

1. Empatizar
La empatía es el primer paso del design thinking dado que es una habilidad que nos permite entender y comprender los sentimientos que otros experimentan. A través de la empatía somos capaces de ponernos en los zapatos de otros y conectar con cómo pueden estar sintiéndose con respecto a un problema, circunstancia o situación en particular. Algunas preguntas que pueden tenerse en cuenta en esta etapa:
¿Qué sentimiento está experimentando la persona que tiene el problema?
¿Qué acciones o palabras dan muestra de este sentimiento?
¿Podrías identificar sus sentimientos a través de palabras?
¿Qué palabras usarías para describir sus sentimientos?
Estas son solo algunas de las preguntas guiadas sobre las cuales los estudiantes pueden reflexionar para identificar el problema y cómo se están sintiendo otros acerca del mismo.

2. Definir
El siguiente paso es definir los sentimientos antes detectados e identificar el problema principal que ha de ser resuelto. Es importante  que a través de este proceso los estudiantes usen un leguaje positivo,  significativo, que pueda traducirse en acción. En lugar  de enfocarse en el lado negativo del problema y en la falta de opciones,  es necesario que animemos a los estudiantes a utilizar un lenguaje empático y positivo, que los guiará hacia el pensamiento basado en soluciones. Definir el problema es parte del proceso de moldear y formar un punto  de vista acerca del mismo. De esta forma, el planteamiento debe animar a los estudiantes a buscar soluciones.

3. Idear
Este es el momento en el cual se generan ideas. Los estudiantes pueden aprender a empatizar en este punto cuando les enseñamos formas nuevas y diferentes de buscar soluciones a un problema. También se fomenta la empatía en la medida en la que los estudiantes escuchan las soluciones que los demás van aportando desde su punto de vista, teniendo siempre en cuenta que no hay una única manera correcta de llegar a una gran idea. En esta etapa se pueden utilizar estrategias como el mindmapping, la tormenta de ideas o generar notas en post its con distintas propuestas.
Este proceso ayuda a los estudiantes a ver las cosas desde diferentes perspectivas. Les permite dar un paso fuera de lo que pueden pensar que es la solución obvia o evidente y, en su lugar, generar ideas fuera de su propia esfera.

4. Prototipar
En esta fase los estudiantes pueden crear la solución al problema. Un prototipo puede ser cambiado, alterado, re-evaluado y recreado muchas veces, basado en las necesidades de la persona que tiene el problema en cuestión. Este proceso les ayuda a reconocer que el fallo es parte del aprendizaje y que es natural cometer errores. Sin embargo, se requiere que se reflexione en cuanto al error, para que podamos aprender y crecer a partir de los errores cometidos. Podemos hacer las siguientes preguntas:
¿Qué nos ha llevado a fallar?
¿Qué ha funcionado?
¿Qué no ha funcionado?
¿Qué podemos intentar para ayudar a la persona en la próxima ocasión?
¿Es una solución plausible la que proponemos?
¿Estamos teniendo en cuenta a la persona que tiene el problema en el momento de pensar en estos cambios que sugerimos?

5. Testear
Durante esta fase, la empatía juega un papel clave. Es necesario que nos enfoquemos en mostrar a los estudiantes cómo la solución ideada impacta en la persona que tiene el problema, más que decírselo verbalmente o proporcionarles explicaciones. Vemos la experiencia, pensamiento o sentimientos de la persona que tiene el problema en cuanto a la solución que el grupo ha generado y esto permite a los estudiantes tener en cuenta su punto de vista y las ideas sugeridas en relación con el punto de vista del otro. 

Países como Estados Unidos han adquirido el reto de incorporar la metodología del design thinking en el contexto educativo (desarrollo del currículum escolar, resolución de problemas…) con sorprendentes resultados. El design thinking orientado a enseñar acerca de la empatía puede ser aplicado a muchos problemas que surgen en el aula y permite animar a los estudiantes a mantener un pensamiento orientado a las soluciones.

Con información de Rusul Arubail en edutopia: Teaching empathy throughdesign thinking. Traducción de Kreadis.

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