"Soy un torpe",
"Nunca
consigo terminar nada",
"Nadie quiere estar conmigo",
"Siempre tengo la culpa de todo",
"Todo me sale mal".
Estas expresiones pueden estar significando que vuestro hijo se infravalora. Aquí os pasamos algunas pistas a través de 5 etapas para poder ayudar a vuestros niños a tener una mejor imagen de sí mismos proporcionarles herramientas para afrontar el miedo a cometer errores y comunicarse de manera más eficaz y positiva.
1.
Fuera Etiquetas.
"tú eres inteligente", "eres muy guapo", "eres
tonto", "eres muy creativo"; este tipo de frases conforman la
imagen que el niño se va haciendo de sí mismo. Es preferible que él se sienta y
conozca sus dotes, talentos y fortalezas. Éstas se van evocando y generando a
medida que pasa el tiempo. De esta forma, es conveniente evitar los "tú
eres" a favor de una forma más descriptiva de lo que representan sus actos
y que expresan nuestros sentimientos al respecto (incluyendo el "yo"
o la primera persona). "veo que te has atado los cordones tu solo",
"me encanta ver cómo te esfuerzas". Concentrarse en lo que hace y
valorar sus esfuerzos e intenciones es la clave.
2. Habituarles a no tener miedo a fallar. Frases
del tipo "todo se consigue con la experiencia", "la experiencia es la que hace que
aprendamos", "cada error es un nuevo paso hacia el éxito" o
"tienes todo el derecho a equivocarte", constituyen buenos ejemplos
para conseguir esta habituación. Se puede incluso hacer un juego en familia:
"los errores del día". Alrededor de una mesa cada uno comenta uno o
varios errores que reconozca haya tenido ese día, lo que aprendió y lo que
puede cambiar y/o mejorar al respecto. Si alguno de los participantes no encontrase
mejoras u oportunidades, ni le resultase fácil identificar interpretaciones
positivas, el resto de la familia pueden ayudar contando alguna de sus
anécdotas y la forma en la que ha visto que la mejoró o consiguió tener éxito.
Este tipo de intercambios desmitifican el error y permiten adoptar diferentes
perspectivas. Otro de los puntos fuertes de esta dinámica es el propio
entrenamiento en el hecho de podar contar sus situaciones, experiencias y
anécdotas, sin ser juzgado, así como aprender a poner palabras a sus propias
emociones. Esto dota de sentido a sus pensamientos y calma las reflexiones
mentales (que suelen conllevar autocríticas).
3.
Apoyarse en los aspectos positivos.
Cuando un niño saca una nota de un 4, no es conveniente añadir un punto de humillación
a su decepción. Alentar sus esfuerzos observando y remarcando lo que ha logrado
y todo lo que ha trabajado para conseguir mejorar y luego corregir los errores
junto con él hará que no se sienta humillado. La ventaja de hacerlo es triple: -
se adquieren una buena base para poder comentar errores e identificar áreas de
mejora; se motiva al niño aprovechando sus éxitos y también se modifica el
efecto de la escuela para que el niño no se hunda y no se sienta atacado, de lo
contrario se puede correr el riesgo de abordar cada evaluación en clase con un
estado mental negativo y experimentará ansiedad anticipatoria.
4.
Nada de acusaciones.
Las acusaciones (como amenazas y gritos) provocan un efecto de bloqueo en el
cerebro del niño. Esto hará que no le resulte fácil reflexionar y quedará
"enganchado" en sus pensamientos negativos, cortando por completo el
diálogo. En estos casos, es recomendable respirar y ayudarle a expresarse,
promoviendo su crecimiento y desarrollo sano. No es aconsejable hablar en estos
casos de "culpa".
5.
Reformular lo que dice el niño.
Cuando un niño usa palabras como "nunca", "siempre", "todos",
"ninguno". hay que escucharle activamente e intentar reformular lo
que ha dicho. La mejor manera es evocando sus emociones y mostrándole una nueva
perspectiva. Si él dice: "¡Nunca puedo hacerlo!" , el hecho de
repetir la frase como un eco diciendo "no puedes hacerlo por el momento
", o hablando de un éxito pasado " ¿recuerdas cuántas veces
intentaste mantener el equilibrio en tu bicicleta y cómo al final lo
conseguiste? "), o plantearle la situación con visión a futuro
"cuando llegues allí ...", "cuando lo consigas..."
Ejemplo: Luis acaba de
perder un partido de fútbol. Su padre lo escucha sin juzgar y cuidando su
lenguaje corporal (evitando mostrar descontento, decepción). A continuación
reconoce sus sentimientos y le ayuda a que él mismo pueda verbalizarlos (rabia,
tristeza, enfado, decepción...). Luego pasa a evocar experiencias positivas que
tuvo en el pasado y le invita a hacer sus comentarios pasando del
"yo" al "nosotros de forma de consiga un anclaje positivo a
través de la disociación. Finalmente, le muestra que el poder reírse de
situaciones como esta ayuda a que pueda adoptar puntos de vista que mejoren su
humor y le hagan sentir bien, lejos de degradarle.
- ¡Nunca hago nada bien! ¡Lo
mío es dibujar!
- Veo que lo que acabas de
decir te afecta bastante. ¿Te gustaría decirme qué pasó?
- ¡Nunca consigo meter
goles en los partidos y todos se ríen de mí!
- ¿Crees que nunca marcas
goles, que no eres buen jugador y que los demás se ríen de ti por ello? ¿Es eso
lo que quieres decir?
- ¡Sí!
- ¿Te acuerdas de tu
último partido en el que marcaste desde el centro del campo?
- Sí.
- ¿Te acuerdas de la cara
del portero cuando se enteró de que el balón había entrado?"
- ¡Sí!
- ¡Estaba orgulloso! Era
la primera vez que había marcado hasta ahora.
- ¿Qué hay de tus
compañeros de equipo?
- Intentaron llevarme a
hombros al final del partido
- Creo que eso demuestra
que eres importante para ellos.
- Es verdad.
- Todos habéis
experimentado derrotas y victorias.
- Sí.
- ¡Y a veces te ríes cuando
ha habido algún fallo; como el día que Ricardo marcó en propia portería cuando
se cayó de culo.
"¡Sí!
- ¡Pues hay que seguir
aprendiendo y estar listo para vivir nuevas aventuras!
Con este tipo de intervenciones estaremos ayudando al niño a que se sienta capaz de actuar ante los obstáculos, de forma que acepten la responsabilidad de sus actos y pueda ir aumentando su autoestima.
Un niño con baja
autoestima y que se infravalora de manera habitual, suele anticiparse a sus
fracasos, se rinde antes de tiempo, muestra desesperanza ante situaciones en
las que tiene que mostrar su valía, piensa que no hay nada que pueda hacer para
cambiar esta dinámica, suele pensar que se esfuerza menos que los demás o que
no lo intenta lo suficiente y esto es porque él ya cree haber fracasado antes
de intentarlo.
Por el contrario, un niño
con la autoestima alta, además de influier en su rendimiento académico de
manera positiva, cree en sí mismo aunque se equivoque, de manera que
cuando aparezca el fracaso, lo seguirá intentando, aumentando así las
probabilidades de éxito. La alta autoestima también se asocia a mayor
creatividad, mayor responsabilidad, más autonomía y mejora del desarrollo
personal.
Y por último, un aspecto
clave es la confianza que tenemos en el niño. Hay que confiar en él, si es así,
el niño también creerá en sus posibilidades y se arriesgará más. Es importante
hacer sentir al niño importante basándose en sus fortalezas y en su capacidad
de mejora y tesón, de forma que se fomenten y mejoren sus habilidades e
intereses.
Artículo preparado por
Kreadis con información de:
- Les phrases à dire à un
enfan qui s'auto-dévalorise - Papa positive - Jeff
- J'aide mon enfant à
déveloper son estime de soi - Bruno Hourst
- ¿Qué puedo hacer para
mejorar la autoestima de mi hijo? - Omicrono
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