sábado, 7 de junio de 2014

Mueves tu cuerpo, Crece tu cerebro. El ejercicio y sus beneficios en la agenda curricular



La incorporación de ejercicio y movimiento a lo largo de la jornada escolar hace que los estudiantes estén menos inquietos y más centrados en el aprendizaje. Para el educador, la mejora del comportamiento durante el desempeño de las tareas, así como la reducción de los desafíos que puede implicar la gestión del aula, son algunos de los beneficios más evidentes de la adición de las actividades físicas en su caja de herramientas de enseñanza.


El ejercicio facilita la disposición del cerebro y la capacidad de aprender y retener información. John Ratey, autor de A User's Guide to the Brain (Una guía de usuario para el cerebro), acuña al ejercicio como un “Milagro de Crecimiento para el Cerebro” debido a su papel en la estimulación de los factores de crecimiento del nervio.
El ejercicio tiene un impacto tanto a nivel fisiológico como a nivel de desarrollo  del cerebro de los niños. Los mecanismos fisiológicos incluyen:
-Aumento de oxígeno en el cerebro que pueden aumentar su capacidad de aprender
-Cambios en los neurotransmisores
-Cambios estructurales en el sistema nervioso central

Los estudios sugieren que la actividad física regular apoya el desarrollo saludable del niño mediante la mejora de la memoria, la concentración y la actitud positiva. Por ejemplo, los investigadores encontraron que los niños que tuvieron la oportunidad de correr 15-45 minutos antes de la clase eran menos distraídos y más atentos a las tareas escolares. Estos efectos positivos duraban de dos a cuatro horas después de sus entrenamientos.
Incorporar en el programa educativo (bien sea en casa o en el aula) actividad física antes, durante y/o después de las actividades es excelente para el corazón, el cuerpo y el cerebro. En este sentido, Ratey sostiene que "El ejercicio es realmente para el cerebro, no tanto para el cuerpo, dado que este influye sobre el estado de ánimo, la vitalidad, el estado de alerta y la sensación de bienestar"
Al incorporar el movimiento y la actividad física en el día de clases, se puede apoyar el aprendizaje del estudiante de diversas formas:

Inicia el día con Movimiento
Muchos maestros empiezan el día escolar con ejercicios como saltos, cruces de brazos y estiramientos, lo que ayuda al desempeño de las tareas académicas posteriores.

Mejora la atención durante y entre las lecciones
La incorporación de ejercicios de estiramiento o estancias cortas en las lecciones puede fortalecer la capacidad de los niños para enfocarse en el aprendizaje. Introduciendo actividades que implican movimiento, estos logran mantener su atención en el aprendizaje, ayudando a que el contenido se fije mejor. El ejercicio y estiramiento también funcionan bien en las transiciones entre las clases.
Una profesora comparte uno de sus métodos: “Una de las actividades favoritas de mis estudiantes, es aquella que he llamado <la preparación para pruebas con la Bola de Nieve>. En ésta, escribo una pregunta del material que evaluaremos en la prueba en un pedazo de papel. Luego lo hago una bola y la arrojo a uno de los estudiantes, quien abre el trozo de papel, responde a la pregunta y devuelve el papel como si de una pelota se tratase. Es una manera fresca y eficaz de llegar a los niños”.

Estimula todos los sentidos
Nuestros cerebros reciben inputs visuales, táctiles, auditivos y olfativos, lo que nos permite relacionarnos con el resto del mundo. La incorporación de actividades que involucren todos los sentidos puede hacer que el aprendizaje se fije mejor en la memoria.
Por ejemplo, el profesor J. Frank Uriz enseña español a niños de tercero de primaria en Estados Unidos. Para que estos aprendan el nombre de las frutas, no sólo enseña las respectivas palabras en español para éstas. Además, intenta incorporar el movimiento introduciendo frutas tropicales en una actividad de "caja misteriosa" que añade experiencias táctiles, olfativas y degustativas al aprendizaje. Además, intenta incorporar el oído y, de nuevo, el movimiento, a través de la música, para ello refuerza los nombres que están aprendiendo los niños con una canción llamada “Frutas” en la que los chicos han de aplaudir.
Haz juegos
La enseñanza de las lecciones como juegos activos también mejora la atención y la memoria. ¿Qué tal una actividad en la que los estudiantes representen algún tema dado?. Los juegos son una excelente herramienta de aprendizaje, y gracias a ellos se fija mejor el conocimiento.

¡Mueves tu cuerpo, Crece tu cerebro!

Fuente original: Edutopia: Move your body, Grow your brain, por Wilson y Conyers. Traducción y resumen por Kreadis.

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