lunes, 28 de marzo de 2016

Integrar la enseñanza de la bondad en el colegio

Los gestos de bondad tienen un gran número de beneficios físicos y emocionales. Cada vez
es más evidente el hecho de que los niños necesitan una dosis de dicho tipo de experiencias para crecer como individuos sanos, felices y bien integrados.

Patty O’Grady, es una experta en el área de las neurociencias, el aprendizaje emocional y la psicología positiva, que presta especial atención al contexto educativo. Ella cree que “la bondad cambia el cerebro al ser experimentada. Los niños y adolescentes no aprenden acerca de la bondad únicamente pensando sobre ello y hablando acerca de ello. La bondad se integra y se aprende al sentirla, de manera que posteriormente pueda reproducirse. La bondad es una emoción que los estudiantes sienten y la empatía es una fortaleza que ellos comparten”.



Se han reportado un gran número de beneficios que apoyan la teoría de la enseñanza de la bondad.
Aquí 8 razones para enseñar bondad en el colegio:

1.     Niños felices
La ciencia explica que las sensaciones placenteras que experimentamos cuando somos bondadosos con otros, son producidas por endorfinas que activan áreas del cerebro que están asociadas con el placer, la conexión social y la confianza, y que está probado que estos sentimientos de felicidad son contagiosos, promoviendo una conducta más amable por parte de quien la ejecuta y también por parte de quien la recibe.

2.     Aumento de la aceptación entre compañeros
La investigación al respecto sugiere que la bondad incrementa nuestra habilidad para establecer conexiones significativas con otros. Estudios muestran que niños bondadosos y felices, disfrutan de más aceptación por parte de sus pares. A su vez, en aulas en donde estas prácticas son habituales, se reportan índices de salud emocional superiores a la media, dada la tendencia a una conducta inclusiva y a una distribución más equitativa de la popularidad.

3.     Mejoras en la salud y menos estrés
Fotografía: Kendisan Seruyan
Está ampliamente documentado el hecho de que realizar actos bondadosos pueden desencadenar una liberación de la hormona oxitocina, la cual tiene varios beneficios emocionales y físicos en la medida en la que puede aumentar los niveles de felicidad experimentados por la persona y reducir el nivel de estrés. Recientemente, se ha encontrado que esto juega un importante rol en el sistema cardiovascular, ayudando a proteger el corazón al reducir la presión arterial y reduciendo los radicales libres y la inflamación, los cuales aceleran el proceso de envejecimiento.

4.     Mejora del sentido de pertenencia y autoestima
Los estudios muestran que las personas experimentan un “subidón” cuando hacen una buena acción, una descarga de endorfinas que crean un sentido de orgullo, bienestar y un enriquecimiento del sentido de pertenencia. Incluso actos pequeños de bondad aumentan nuestra sensación de bienestar y la energía, dando una magnífica sensación de optimismo y autovalía.

5.     Aumento del sentido de la gratitud
Cuando los niños forman parte de proyectos que ayudan a otros menos afortunados, les proporciona un sentido real de perspectiva y los ayuda a apreciar las cosas positivas que tienen en sus propias vidas.

6.     Mejora en la concentración y en los resultados
Dado su relación con el aumento de serotonina -el cual juega un importante papel en el aprendizaje, la memoria, el estado de ánimo, el sueño, la salud y la digestión- la bondad es un ingrediente clave que ayuda a los niños a sentirse bien. Tener una actitud positiva les permite una mayor capacidad de atención, facilitando el pensamiento creativo para producir mejores resultados en el colegio.

7.     Menos bullying
Dos investigadoras* apuntan que “a diferencia de generaciones previas, los adolescentes de hoy en día se victimizan entre sí a un ritmo alarmante”. Afirman que el acoso escolar y la violencia pueden ser confrontadas en programas dentro de las escuelas que integren la “bondad como antítesis de la victimización”.
Muchos programas tradicionales anti-bullying se enfocan en las acciones negativas que generan ansiedad en los niños y tienen, a menudo, poco impacto. Enseñar la bondad y la compasión en las escuelas, no solo fomenta conductas positivas que crean ambientes escolares cálidos e inclusivos, sino que además ayuda a los niños a aumentar su sentido de pertenencia. Está ampliamente documentado cómo los efectos del bullying pueden reducirse de forma significativa integrando programas basados en la bondad en los colegios.

8.     Disminución de la depresión
Dr. Wayne Dyer, reconocido autor y ponente, afirma que la investigación ha descubierto que un acto de bondad incrementa el nivel de serotonina (un químico natural responsable de la mejora del estado de ánimo) en el cerebro. También se ha descubierto que los niveles de serotonina aumentan no sólo en aquel que realiza el acto bondadoso, sino también en aquel que lo recibe, así como cualquier otra persona que sea testigo de dicho gesto, haciéndolo un maravilloso antidepresivo natural.

Fotografía: Nikonistas Ar@Lee
Todos estos apuntes señalan la importancia de que los colegios puedan proporcionar un espacio para practicar y experimentar emociones que enriquecen a los niños y adolescentes como individuos, y que a la larga, se transforman en maravillosos gestos protectores a lo largo de su vida.

Plantear una vía alternativa a la violencia a través de la experimentación de emociones enriquecedoras, es una medida mucho más sincera y efectiva que el simple hecho de suprimir con intentos sucesivos (castigos, sanciones, partes…) las conductas destructivas o violentas en el aula, las cuales prestan poca atención a las motivaciones de dichas conductas o a la base y madurez emocional de los niños.

La bondad puede ser enseñada y promovida en las aulas, especialmente en épocas tempranas del crecimiento. Cada vez es más clara la necesidad de que la educación moderna trabaje más allá de lo académico. Con el fin de que los niños se conviertan en sujetos felices, seguros y bien integrados, los temas relacionados con la emoción han de ser tomados en serio y nutridos como una cuestión de prioridad.

*Shanetia Clark and Barbara Marinak

Artículo original de Lisa Currie para Teachthought. Traducción y adaptación de Kreadis.

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