Patty O’Grady,
es una experta en el área de las neurociencias, el aprendizaje emocional y la
psicología positiva, que presta especial atención al contexto educativo. Ella
cree que “la bondad cambia el cerebro al ser experimentada. Los niños y
adolescentes no aprenden acerca de la bondad únicamente pensando sobre ello y
hablando acerca de ello. La bondad se integra y se aprende al sentirla, de
manera que posteriormente pueda reproducirse. La bondad es una emoción que los
estudiantes sienten y la empatía es una fortaleza que ellos comparten”.
Se han reportado
un gran número de beneficios que apoyan la teoría de la enseñanza de la bondad.
Aquí 8 razones
para enseñar bondad en el colegio:
1. Niños felices
La ciencia
explica que las sensaciones placenteras que experimentamos cuando somos
bondadosos con otros, son producidas por endorfinas que activan áreas del
cerebro que están asociadas con el placer, la conexión social y la confianza, y
que está probado que estos sentimientos de felicidad son contagiosos,
promoviendo una conducta más amable por parte de quien la ejecuta y también por
parte de quien la recibe.
2. Aumento de la
aceptación entre compañeros
La
investigación al respecto sugiere que la bondad incrementa nuestra habilidad
para establecer conexiones significativas con otros. Estudios muestran que
niños bondadosos y felices, disfrutan de más aceptación por parte de sus pares.
A su vez, en aulas en donde estas prácticas son habituales, se reportan índices
de salud emocional superiores a la media, dada la tendencia a una conducta
inclusiva y a una distribución más equitativa de la popularidad.
3. Mejoras en la
salud y menos estrés
Fotografía: Kendisan Seruyan |
Está
ampliamente documentado el hecho de que realizar actos bondadosos pueden
desencadenar una liberación de la hormona oxitocina, la cual tiene varios
beneficios emocionales y físicos en la medida en la que puede aumentar los
niveles de felicidad experimentados por la persona y reducir el nivel de
estrés. Recientemente, se ha encontrado que esto juega un importante rol en el
sistema cardiovascular, ayudando a proteger el corazón al reducir la presión
arterial y reduciendo los radicales libres y la inflamación, los cuales
aceleran el proceso de envejecimiento.
4. Mejora del
sentido de pertenencia y autoestima
Los estudios
muestran que las personas experimentan un “subidón” cuando hacen una buena
acción, una descarga de endorfinas que crean un sentido de orgullo, bienestar y
un enriquecimiento del sentido de pertenencia. Incluso actos pequeños de bondad
aumentan nuestra sensación de bienestar y la energía, dando una magnífica
sensación de optimismo y autovalía.
5. Aumento del
sentido de la gratitud
Cuando los
niños forman parte de proyectos que ayudan a otros menos afortunados, les proporciona
un sentido real de perspectiva y los ayuda a apreciar las cosas positivas que
tienen en sus propias vidas.
6. Mejora en la
concentración y en los resultados
Dado su
relación con el aumento de serotonina -el cual juega un importante papel en el
aprendizaje, la memoria, el estado de ánimo, el sueño, la salud y la digestión-
la bondad es un ingrediente clave que ayuda a los niños a sentirse bien. Tener
una actitud positiva les permite una mayor capacidad de atención, facilitando
el pensamiento creativo para producir mejores resultados en el colegio.
7.
Menos bullying
Dos
investigadoras* apuntan que “a diferencia de generaciones previas, los
adolescentes de hoy en día se victimizan entre sí a un ritmo alarmante”.
Afirman que el acoso escolar y la violencia pueden ser confrontadas en
programas dentro de las escuelas que integren la “bondad como antítesis de la
victimización”.
Muchos
programas tradicionales anti-bullying se enfocan en las acciones negativas que
generan ansiedad en los niños y tienen, a menudo, poco impacto. Enseñar la
bondad y la compasión en las escuelas, no solo fomenta conductas positivas que
crean ambientes escolares cálidos e inclusivos, sino que además ayuda a los
niños a aumentar su sentido de pertenencia. Está ampliamente documentado cómo
los efectos del bullying pueden reducirse de forma significativa integrando
programas basados en la bondad en los colegios.
8. Disminución de
la depresión
Dr. Wayne Dyer,
reconocido autor y ponente, afirma que la investigación ha descubierto que un
acto de bondad incrementa el nivel de serotonina (un químico natural
responsable de la mejora del estado de ánimo) en el cerebro. También se ha
descubierto que los niveles de serotonina aumentan no sólo en aquel que realiza
el acto bondadoso, sino también en aquel que lo recibe, así como cualquier otra
persona que sea testigo de dicho gesto, haciéndolo un maravilloso antidepresivo
natural.
Fotografía: Nikonistas Ar@Lee |
Todos estos
apuntes señalan la importancia de que los colegios puedan proporcionar un
espacio para practicar y experimentar emociones que enriquecen a los niños y
adolescentes como individuos, y que a la larga, se transforman en maravillosos
gestos protectores a lo largo de su vida.
Plantear una
vía alternativa a la violencia a través de la experimentación de emociones
enriquecedoras, es una medida mucho más sincera y efectiva que el simple hecho
de suprimir con intentos sucesivos (castigos, sanciones, partes…) las conductas
destructivas o violentas en el aula, las cuales prestan poca atención a las
motivaciones de dichas conductas o a la base y madurez emocional de los niños.
La bondad puede
ser enseñada y promovida en las aulas, especialmente en épocas tempranas del
crecimiento. Cada vez es más clara la necesidad de que la educación moderna trabaje
más allá de lo académico. Con el fin de que los niños se conviertan en sujetos
felices, seguros y bien integrados, los temas relacionados con la emoción han de ser tomados en serio y
nutridos como una cuestión de prioridad.
*Shanetia Clark
and Barbara Marinak
Artículo
original de Lisa Currie para Teachthought. Traducción y adaptación de Kreadis.
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