Foto: Cebolledo |
“La mente inteligente trabaja mano a mano con la mano
eficiente.
La mano eficiente trabaja mano a mano con la mente
inteligente.”
En
estos días existe una considerable dependencia de las matemáticas, tanto a
nivel tecnológico como en nuestra vida cotidiana. Sumar, restar y contar son
procesos matemáticos que todos usamos en nuestro día a día de un modo natural y
espontáneo.
A
pesar de los aportes de los avances tecnológicos al campo del aprendizaje, nuevas
investigaciones sugieren que, en contra de lo que se viene pensando hasta
ahora, los pequeños pueden mejorar en matemáticas si realizan sus cálculos
contando con los dedos.
Los
profesores suelen decirles a los niños que es mejor contar con la cabeza y el
contar con los dedos suele verse como un signo de debilidad en lo relativo a su
habilidad con las matemáticas.
Sin
embargo, un nuevo estudio británico, publicado en “Fronteras en Educación”
sugiere que esta creencia puede ser errónea ya que el contar con los dedos
parece acelerar el aprendizaje de las matemáticas cuando éste se hace junto con
juegos de números.
Se
realizó un experimento de cuatro semanas de duración con 137 niños de 6 y 7
años de edad en el que los niños se dividieron en cinco grupos.
Uno
de los grupos realizó ejercicios de contar con los dedos, tales como contar de
1 a 10 utilizando cada uno de los dedos de la mano, mostrando el número
correcto de dedos cuando se nombraba un número específico y haciendo sumas o
restas sencillas utilizando sus dedos.
El
segundo grupo realizó juegos de números, como dominó y juego de cartas.
Los
grupos tercero y cuarto realizaron ambas tareas, tanto ejercicios de contar con
los dedos como juegos de números.
El
quinto grupo fue el grupo de control y no realizó ninguna de las tareas
anteriores, ni ejercicios de contar con los dedos ni juegos con números.
Los
resultados mostraron que solamente el grupo de niños que hicieron los
ejercicios de contar con los dedos mejoraron su sensibilidad aritmética con los
dedos (la habilidad de diferenciar mentalmente los diferentes dedos y
asociarlos a números), mientras que aquellos que realizaron juegos de números
fueron más capaces de calibrar visualmente el tamaño relativo de pares de
agrupaciones de puntos. El grupo de niños que participó en ambas tareas superó
al grupo de control en varias habilidades relacionadas con matemáticas,
incluyendo contar, ordenar, comparar y agregar.
En
otras palabras, mientras los juegos con números mejoraron ligeramente una
habilidad matemática, los niños experimentaron mejoras más amplias en un rango
de pruebas cuando también utilizaron sus dedos para contar en algunos
ejercicios.
Los
autores del estudio, Tim Jay y Julie Betenson, sugieren una curiosa explicación
para dar cuenta de estos resultados: "La parte del cerebro que responde al
número está en la proximidad del área que se activa cuando los sujetos realizan
actividades de apuntar y coger." Así que cuando usamos nuestros dedos,
también activamos las áreas de nuestro cerebro asociadas con el recuento. Este
procesamiento paralelo puede explicar por qué los niños pequeños se benefician
del recuento con los dedos.
Estos
datos indican que, contrario a la creencia más afianzada en cuanto a la
regresión asociada a contar con los dedos, esta es una práctica que merece ser reconsiderada,
ya que esta costumbre ha demostrado ser muy válida para mejorar varias
habilidades en el ámbito de las matemáticas.
Según
demuestran los estudios científicos, entre los 4 y los 6 años se desarrolla la
mayor parte del tejido neuronal. Este proceso se mantiene dinámico hasta los 12
años, momento en el que el desarrollo de los tejidos nerviosos alcanza el 75%.
Durante la adolescencia, se configura el 90% de lo que será el cerebro adulto.
Los resultados
del estudio realizado por Tim Jay y Julie Betenson nos recordaron la noticia
publicada recientemente en los medios de comunicación: Nacho, un niño de Toledode 8 años ha ganado el campeonato internacional de cálculo mental, celebrado enKuala Lumpur el pasado 16 de julio. A Nacho siempre le gustaron las matemáticas
y sus padres le apuntaron a un programa llamado Aloha Mental Arithmetic para
seguir mejorando en esta asignatura. El ábaco es una de las herramientas
básicas de aprendizaje en este programa. En una de las entrevistas se puede
apreciar cómo Nacho utiliza los dedos para realizar mentalmente los movimientos
con el ábaco.
En
2013 se realizó un estudio sobre el impacto del aprendizaje de aritmética
mental con ábaco en las habilidades cognitivas de los niños, y se comprobó el
impacto positivo del aprendizaje con esta herramienta en habilidades cognitivas
tales como concentración, resolución de problemas, memoria operativa, memoria
asociativa, orientación espacial, formación de conceptos y creatividad. El
cálculo con ábaco implica la acción coordinada de los principales nervios del
cuerpo humano -por ejemplo vista, sonido y movimiento de las manos-, lo que
potencia el desarrollo cerebral.
Notas
como éstas nos recuerdan que, más allá de las maravillosas fuentes de
innovación que existen hoy en día en el ámbito educativo y de aprendizaje,
algunas estrategias más clásicas no
son sólo un ejercicio de nostalgia, sino un camino genuino hacia un aprendizaje
integral y real.
En esta
misma línea, hablamos hace algunos meses en uno de nuestros post “Escritura Vs.Teclado” acerca de cómo el hecho de escribir a mano fija la comprensión de la
materia estudiada, y se ha comprobado a través de resonancias magnéticas de cerebros
adultos en funcionamiento que existe una red característica del cerebro que se
activa al leer e incluye áreas que se relacionan con procesos motores.
En
definitiva, parece que las áreas relacionadas con el aprendizaje, parecen estar
conectadas o asociadas de alguna manera con áreas sensoriales (visual,
auditiva, táctil) que potencian el mismo cuando se realizan de manera conjunta.
No en vano muchos proyectos educativos actuales resaltan la importancia de
rescatar el aprendizaje experiencial, (ver
nuestro post Tinkering: un campamento de verano para explorar el mundo con lasmanos),
así como el que se basa en actividades manuales. Estas representan una
oportunidad para “pensar con las manos”, intentando a partir de ello construir
el significado de lo que se aprende y la comprensión de ello.
No
se puede perder de vista que la comprensión matemática potencia el pensamiento
lateral. Asimismo, la exploración y la práctica matemática constante fomentan
la autoconfianza en las propias capacidades mentales, inteligencia y habilidad
para la resolución de problemas. Las matemáticas poseen ciertas características
que las hacen adecuadas para el entrenamiento de la mente del estudiante, como
lo son la simplicidad, la precisión, la exactitud, la originalidad y el razonamiento
similar al de la vida diaria.
Pongamos
las matemáticas y los cinco sentidos a trabajar conjuntamente para obtener
mejores resultados.
Artículos
relacionados:
Artículo
de Kreadis con información de:
Edutopía - Youki Terada - Research and Standards Editor @ YoukiTerada
Impacto
del aprendizaje de aritmética mental con ábaco en las habilidades cognitivas de
los niños (Junio 2013) – Aloha Mental
Arithmetic – Universidad de Madrás – Dra. K. Vasuki - Departamento de
Psicología Aplicada e Investigación del Comportamiento
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