
Tal y como hemos señalado en diversos artículos*,
la opinión cultural, social y la que arroja la investigación, suele apuntar
opiniones que, bien resaltan las bondades del mundo tecnológico, o bien
advierten en cuanto a sus posibles efectos perjudiciales. En lo que respecta al
primer “grupo” de opiniones, éstas reflejan cómo las redes pueden ser un
vehículo ‘novedoso’ para promover el sentido de pertenencia a la comunidad,
facilitar apoyo emocional, poner a disposición espacios y opciones que
promuevan el juego, la creatividad y el aprendizaje, así como proporcionar la
posibilidad de conectar a personas de diferentes lugares, culturas y formas de
vida; todo ello actuando como un catalizador positivo para una buena adaptación
y salud mental.

La incidencia más alta sobre el uso de las
redes sociales está entre las edades de 16 a 24 años, un rango de edad en donde
se construye y fomenta la definición y expresión de la personalidad del sujeto,
y con ello, el desarrollo emocional y psicosocial.
Muchas asociaciones y organizaciones de
referencia en cuanto a salud mental han tardado en incorporar investigaciones y
datos que fomenten una reflexión comprehensiva en cuanto al uso la tecnología,
más allá de exponer pautas y precauciones relacionadas con esta. Aun así,
aportan datos que han de ser considerados al evaluar el tema, como es el caso
de la Real Sociedad para la Salud Pública (RSPH, por sus siglas en inglés) y el
Movimiento por la salud de los jóvenes (Young Health Movement), quienes a
través de su informe "Status Of Mind, examining the positive and negative
effects of social media on young people’s health" (El Estado de la
Mente, examinando los efectos positivos y negativos de los medios sociales
sobre la salud de los adolescentes), advierten de la relación que existe entre
el uso de redes sociales y el aumento en las tasas de ansiedad, depresión y
problemas del sueño entre los jóvenes.
Este informe enfatiza las consecuencias
potenciales que el uso de este tipo de medios sociales puede tener para la
salud mental de los jóvenes, rescatando asimismo cómo este tipo de datos pueden
representar una oportunidad para mejorar la innovación, el aprendizaje y la
creatividad cuando se hace buen uso de la tecnología y se van incorporando
aspectos positivos según las últimas investigaciones van aportando nuevos datos
al respecto.
Algunos datos interesantes:
El 91% de los jóvenes de 16 a 24 años usan Internet para acceder a las redes sociales.
Teniendo esto en cuenta, recogemos algunas
de las conclusiones más relevantes del informe:
Posibles efectos
adversos:
El ciberbullying o acoso cibernético es un problema creciente: 7 de cada 10 jóvenes afirman haberlo experimentado.
Con el uso de las redes digitales se ha visto potenciado el miedo a ser ignorado (missing out), caracterizado por la a necesidad de estar constantemente conectado con las actividades de otras personas, para no “perdérselas”.
Posibles efectos
positivos:
(*)
- Niños y tecnología: El tiempo frente a la pantalla no parece ser lo más importante
- Tecnología antes de los 12 años
- Aprendizaje y videojuegos: Try it Again
Los medios de comunicación social pueden mejorar el acceso a las experiencias de salud de otras personas y a la información especializada sobre la salud.
Las
redes sociales promueven el apoyo emocional entre sus miembros. Aquellos que
usan las redes sociales se sienten más apoyados emocionalmente a través de sus
contactos (“aproximadamente, 7 de cada 10 adolescentes afirman haber recibido
apoyo en los medios sociales durante momentos difíciles”).
Los medios de comunicación social pueden actuar como una plataforma eficaz para la autoexpresión correcta y positiva.
El informe concluye con un apunte coherente con la actual necesidad cultural y colectiva, enfatizando la necesidad de acciones basadas en una serie de recomendaciones como:
- La formación en centros educativos sobre el uso seguro de los medios sociales.
- El impulso de la investigación sobre los efectos de las redes sociales en la salud mental de los jóvenes.
- La creación de plataforma de medios sociales orientadas a identificar y apoyar a los usuarios que podrían estar experimentando problemas de salud mental a causa de sus publicaciones.
Las tecnologías digitales, incluyendo redes
sociales, están tan arraigadas en las vidas de los jóvenes que no es posible
desligar su impacto –‘positivo’ o ‘negativo’- en los rasgos que definen y dan
cuenta de su salud mental y bienestar emocional. Es
importante, pues, que podamos ampliar nuestra perspectiva al evaluar dicho
impacto, de manera que sea posible acercarnos a una comprensión real de la
influencia que tiene la tecnología actual y las diversas plataformas de redes
sociales en la cotidianidad y vida de los jóvenes. Por ello, hemos de encarar
la novedad de los nuevos cambios -tecnológicos y sociales- trabajando nuestra
propia aproximación a dichos cambios, así como fomentando las medidas
educativas y reflexivas necesarias para promover los aspectos positivos y
minimizar los negativos, evitar el descrédito y el rechazo automático a un modo
de interacción -que ha llegado para quedarse-, y ayudar a los jóvenes a hacer
buen uso de los recursos disponibles, de manera que se minimicen los riesgos y sea
posible potenciar los efectos positivos que esta nueva forma de relacionarse,
darse a conocer y expresarse tiene para ellos.
(*)
- Niños y tecnología: El tiempo frente a la pantalla no parece ser lo más importante
- Tecnología antes de los 12 años
- Aprendizaje y videojuegos: Try it Again
Artículo de Kreadis con información de:
- Las redes sociales influyen en la salud mental de los adolescentes. Infocop 20/07/2017.
- Social media and young people's mental health and wellbeing - RSPH (Royal Society for Public Health)
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